Área de Filosofía
Justificación
La concepción de la enseñanza de la Filosofía en Colombia ha ido cambiando poco a poco, de acuerdo con los cambios suscitados a nivel educativo (Artículo 77 de la Ley General de la Educación, ley 115 de 1994) y social. Se puede observar cómo de una enseñanza lineal, historiográfica y exclusivamente teórica, se ha pasado a una enseñanza más vivencial, buscando que la Filosofía se acerque a lo cotidiano. La Ley General de Educación y la posibilidad que brindó a las instituciones educativas para definir su propio currículo y llevar a cabo los énfasis en corrientes o problemas filosóficos que cada una de ellas considerara pertinentes, así como el decreto 1002 de 1984, que realzó la necesidad de la pedagogía activa y del enfoque constructivista, abrieron una gama de posibilidades en la enseñanza de la filosofía que, lejos de desconocer la existencia de concepciones y problemas básicos de esta disciplina, buscaron el acercamiento a ellos por parte del alumno, desde distintas perspectivas, otorgando, a la vez, la posibilidad de dar a conocer y manifestar la pluralidad de visiones y concepciones del contexto filosófico, de acuerdo con la experiencia individual y colectiva.
Sin embargo, pese a estas reflexiones y cambios en torno al proceso de enseñanza y aprendizaje de la Filosofía, siguen existiendo frente a ella distintos prejuicios que empañan su desarrollo. De esta forma, algunos consideran que la Filosofía es simplemente un cúmulo de frases célebres de autores antiguos y ajenos a la realidad de las diversas comunidades del país; otros, por su parte, consideran que la filosofía no necesita reflexión, lectura ni elaboración de conceptos, de modo que la limitan simplemente a un espacio de opinión, lo que desde la disciplina es una contradicción. Por lo anterior, es necesario recalcar la importancia, tanto del aspecto conceptual e histórico de la filosofía, como de su relación con la cotidianidad, así como la necesidad de que la filosofía y su enseñanza estén en comunicación con otras disciplinas y con otras áreas del saber. Es por esto que la lectura de textos y conceptos propios de la filosofía deben llevar al estudiante, necesariamente, a analizar aspectos de su realidad a la luz de ellos.
Es necesario, entonces, retornar al sentido originario de Filosofía, atendiendo a lo que este término muestra. Como su nombre lo indica, filosofía es amor a la sabiduría, deseo de saber. La palabra amor implica libertad y, a la vez unión, y la palabra deseo implica movimiento; son éstas expresiones contrarias a la palabra imposición y a la palabra pasividad. Una concepción así de la enseñanza de la filosofía supone una lucha constante contra lo que hoy ha desembocado en fobosofía, un desencanto por el saber y por la misma filosofía. La filosofía no puede ser impuesta ni tomada como algo ajeno a la vida misma, sino que debe involucrar a los seres humanos; en este caso al maestro y al estudiante, bajo intereses comunes como una lectura de la realidad individual, por distinta que ésta resulte. De esta forma, el profundo concepto de saber consiste en una búsqueda esforzada del conocimiento, la cual sólo es posible mediante la participación de quien quiere aprender.
Es por esto que, la enseñanza del saber filosófico en el Colegio Germán Arciniegas, en la búsqueda de la formación de individuos que sean capaces de trascender humanamente hacia la excelencia, debe tener como punto de partida el hecho de que la filosofía tiene una profunda relación con la existencia y los problemas concretos del ser humano. A pesar de que, como se ha indicado, el estudiante que se acerca a la filosofía debe dominar algunas competencias específicas y algunos conceptos propios de este campo del saber, está llamado, sobre todo, a que a través de un itinerario emprendido con ayuda del docente pueda darse cuenta de que en pleno siglo XXI, la filosofía aún tiene mucho por decir y que su utilidad se halla, sobre todo, en que ella ayuda a aprender a vivir o a comprender algunos discursos que pueden ser útiles a la hora de enfrentar problemas propios de la vida o de los seres humanos en su continuo hacerse.
Antes que enseñar la Filosofía como un conjunto de sistemas de pensamiento que han surgido a través de la historia de la humanidad y de repetir grandes planteamientos y teorías, los estudiantes del Colegio Germán Arciniegas deben trabajar en la formación de un pensamiento propio, ayudados por los grandes sistemas de pensamiento. Por eso la filosofía no es el fin, es un medio para llegar a un fin mayor; en términos de Michel Foucault, la Filosofía se convierte en una caja de herramientas que le puede servir al estudiante en el momento oportuno. Enseñar y aprender filosofía es entender que filosofar es luchar contra todos aquéllos que consideran tener o haber tenido la verdad; filosofar es, como lo enseña Fernando Savater, defenderse de quienes creen saberlo todo y no hacen más que repetir errores ajenos. En últimas y, aunque resulte un reto ambicioso, se trata desde la perspectiva de Emmanuel Kant, antes que enseñar filosofía, enseñar a filosofar, comprendiendo a la vez que filosofar debe convertirse en un ejercicio liberador y que quienes filosofan deben adquirir la capacidad de asumir las riendas de su propia existencia. Así las cosas, la Filosofía debe ser, sobre todo, creación antes que crítica y reflexión.
Objetivo General
Aportar a los estudiantes un método, es decir, un camino para el pensamiento, una forma de mirar y de argumentar, a partir de los problemas propios de la vida humana y de la realidad.
Objetivos Específicos por ciclo:
Quinto
- Incentivar la reflexión sobre la vida cotidiana del estudiante, partiendo de las problemáticas que constituyen su realidad, apoyándose en la base conceptual que ofrecen los sistemas filosóficos y la historia en general.
- Integrar la filosofía con las demás ramas del saber, propiciando un conocimiento interdisciplinario.
- Reconocer el aporte de las distintas disciplinas filosóficas en la cotidianidad.